Luis “Toto” Caputo acaba de lanzar su plan más polémico: dejar que los argentinos usen sus dólares guardados sin tener que explicarle nada a nadie. Nada de AFIP, nada de papelitos. Comprá tu auto, tu casa o ese televisor de 80 pulgadas con los verdes que tenés escondidos desde la era del corralito. Según el ministro, la jugada busca “remonetizar” la economía sin imprimir un solo peso. En criollo: que salga la guita que duerme en cajas, colchones y paredes.
El número no es menor: el INDEC estima que hay más de 271 mil millones de dólares fuera del sistema. Caputo, con su ya habitual tono de CEO descontracturado, dice que eso es plata “muerta” y que hace falta que empiece a circular para sostener un crecimiento real. ¿Cómo? Sin controles, sin justificaciones, sin fisco. Porque, según él, en un país “normal” nadie debería explicar cómo gasta su propia plata. ¿Cambio cultural o cheque en blanco?
La idea viene con moño libertario: reforma tributaria, competencia de IVA entre provincias y menos Estado metiendo la cuchara. Caputo reconoce que va a levantar polvareda, pero le echa la culpa a los “de siempre”, los que –según él– quieren ver al país en ruinas. Mientras tanto, el mensaje es claro: si tenés dólares, gastalos. Y si no tenés… bueno, que la motosierra te acompañe.