El Eternauta: el viajero del tiempo que vino a salvarnos del olvido… y de Netflix
No tiene capa, ni traje ajustado, ni nave espacial. Pero Juan Salvo —alias El Eternauta— es el héroe que volvió para recordarnos que el verdadero viaje no es por las estrellas, sino por la memoria. Con nieve mortal cayendo sobre Buenos Aires y extraterrestres arrasando todo a su paso, la serie de Netflix desempolvó una historieta de 1957 y la convirtió en un fenómeno global. Pero ojo: Eternauta no es solo un título cool, es una bomba de tiempo ideológica con mensaje incluido.
¿Y qué significa esa palabra rara que da nombre al personaje? Sencillo y poderoso: Eternauta es el que viaja por la eternidad. Del griego “nauta” (navegante) y “éter” (lo eterno). Pero Juan Salvo no navega por gusto, lo arrastra la historia. Es el hombre común empujado al desastre, obligado a resistir, a pelear con otros, no con superpoderes, sino con coraje y solidaridad. Nada de individualismo yankee: acá el héroe no se salva solo. Y si lo hace, no es un héroe.
Oesterheld no escribió ciencia ficción para entretener: escribió para alertar. Y la dictadura se lo cobró con sangre. Hoy, su creación vuelve con Darín en pantalla y Stagnaro detrás de cámara, pero el mensaje sigue intacto. El Eternauta no es solo Juan Salvo. Somos todos. Vos, yo, y cada persona que se planta frente al desastre sin mirar para otro lado. No es Marvel. Es historia. Y es nuestra.