Después de casi seis años de restricciones, el dólar volvió a ser “libre” en Argentina… y los bancos no dieron abasto. Desde este lunes, cualquier persona puede comprar todos los dólares que quiera sin topes, sin permisos especiales, y sin que la AFIP les respire en la nuca. Eso sí, si vas con billetes en la mano, seguís limitado: sólo te dejan comprar 100 dólares en efectivo por mes. El resto, todo por home banking o apps. Y el “dólar ahorro” de 200 verdes mensuales… pasó a mejor vida.
El nuevo esquema barre con las trabas impuestas durante la pandemia: se terminan las prohibiciones para quienes cobraron subsidios, créditos UVA, IFE, tarifas sociales o incluso salarios con ayuda estatal. También desaparece el infame “parking” de 24 horas para operaciones con dólar MEP. Ahora, si tenés pesos bancarizados, podés dolarizarte como en los viejos tiempos… o como en Wall Street. El único castigo que queda es para los que pagan la tarjeta en pesos: se mantiene el 30% de recargo. ¿Querés evitarlo? Usá dólares y chau impuestos.
El tipo de cambio flotará entre $1.000 y $1.400. Si se dispara más allá, el Banco Central entra a escena. Pero con los sistemas bancarios reconfigurados durante el finde y las cuevas mirando de reojo, el mercado cambiario argentino arranca una etapa que promete ser tan histórica como volátil. Porque si hay algo que este país sabe hacer mejor que el tango… es sacudir el tablero económico.
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