El Concejo Deliberante de Necochea dejó de ser una extensión cómoda del Ejecutivo para convertirse en un nuevo frente de batalla. Con el año electoral como telón de fondo, los ediles que rompieron filas con Arturo Rojas ahora encabezan una ofensiva contra la administración que hasta hace poco defendían con fervor. Bartolomé Zubillaga, flamante crítico de la gestión y presidente de la Comisión de Política Económica, encendió la alarma al advertir sobre el “grave déficit fiscal” y el crecimiento de la deuda municipal durante el 2024. Todo mientras cuestionaba la ausencia de funcionarios en el primer encuentro para tratar la rendición de cuentas.
Zubillaga, antes garante de los números del intendente, ahora se posiciona como fiscalizador opositor. Y no está solo: su compañero Guillermo Sánchez, actual presidente del HCD y otro exleal a Rojas, ya comenzó a mostrarse con actores de peso local como Jimena López (Consorcio de Puerto Quequén) y César Arrieta (Usina Popular Cooperativa), en encuentros institucionales que huelen más a estrategia de campaña que a gestión concreta. Mientras tanto, desde el oficialismo intentan bajar el tono, con Silvina Jensen señalando que “la rendición es mejor que la del año pasado” y augurando un debate con “cuestionamientos esperables”.
Así, los concejales que decidieron cambiar de camiseta y lanzarse con su nuevo espacio “Avanza Necochea” arrancaron el 2025 a toda máquina. Sin disimulo, usan cada herramienta del Concejo para marcar distancia con el intendente y posicionarse de cara a los comicios. Lo que antes era un bloque unido ahora se transformó en un ring político, donde los discursos técnicos conviven con las maniobras de posicionamiento y las selfies con potenciales aliados. La rendición de cuentas ya no es un trámite: es el primer round de una pelea que recién empieza.