Mientras algunos repiten el mantra de la “nueva política”, en Necochea el intendente Arturo Rojas sigue desplegando su viejo arte de mover fichas como un experto ajedrecista… de la casta. Esta semana quedó más que claro con el flamante nombramiento de Guillermina Calafatich como jefa distrital de Educación, en un pase que huele más a acuerdo de pasillo con Kicillof que a mérito docente.
Calafatich, que venía cumpliendo funciones como inspectora en la gestión privada, asume su nuevo rol bajo el ala de un esquema cada vez más cerrado y previsible: Rojas consigue lugares, el gobernador baja recursos, y la educación pública se convierte en moneda de cambio. En la misma jugada, otra aliada, María de los Ángeles Rojas, aterriza como inspectora jefa regional de DIEGEP. ¿Coincidencia? Para nada: todo queda en familia.
Y como si faltara escenografía para este teatro político, una tierna foto familiar entre Calafatich, Rojas y Ana Lidia Marinsevic —actual jefa regional de Educación Pública— se viralizó en redes. Sonrisas, ventanas abiertas y un sol que entra por la cortina, como símbolo de transparencia… o tal vez como ironía pura. Mientras tanto, los vecinos miran cómo se reparten los cargos como si fueran golosinas en una fiesta privada. ¿Educación? Bien, gracias.